Cómo vestir

El saber vestir distingue definitivamente a la persona elegante:

La elegancia es sobria: hay que ir elegante sin llamar la atención. Tan censurable es ir fachoso como sobrecargado ("overdressing").
Le elegancia es pulcra: ante todo hay que ir bien aseado, bien afeitado, bien peinado, dientes cepillados, uñas limpias, etc.
Ropa limpia, bien planchada, zapatos relucientes.
La elegancia es práctica: hay que vestir según la ocasión: a una fiesta hay que ir arreglado y al campo hay que ir informal (tan malo es ir a una cena en vaqueros, como al campo con chaqueta y corbata).
La elegancia es pudorosa: si es usted grueso no vaya con ropa señalada, trate de disimular su tripa, si tiene varices no vaya con minifalda, evite que se le señale la ropa interior, en la playa no vaya marcando sus atributos (por muy orgulloso que se pueda sentir).
La elegancia tiene personalidad: tenga su propio estilo personal, no se deje llevar permanentemente por los dictados de la moda.
Saber vestir es complicado y sólo el buen gusto, el sentido común y la experiencia nos permiten ir avanzando en el conocimiento de este difícil arte.
Las reglas del buen vestir son variadísimas, pero hay unos estándares mínimos que toda persona debería conocer y respetar:
El chándal se utiliza exclusivamente para hacer deporte: ir en chándal por la ciudad no es apropiado.
Los calcetines blancos se utilizan para jugar al tenis, y nada más. Tampoco calcetines pastelosos (color celeste, cremoso, grisaceo y otras variedades).
Las camisas interiores de tirantes tan sólo la utilizan ya personas mayores. Entre la gente joven han quedado totalmente desfasadas.
Los zapatos de rejilla no son especialmente estéticos.
Sandalias de hombre (¡¡ glubbb !!) y además con calcetines (peor).
No se debe llevar el manojo de llaves asomando por el bolsillo.
Los hombres sólo deben llevar la alianza, ningún otro anillo es admisible y menos "pulseritas" con el nombre de la novia (¡¡ Por Dios !!).
Bolsos de hombres, vulgarmente conocidos como "mariconeras": hay que evitarlos.
Móvil colgando del cinturón (abstenerse).
Gafas de sol en días de invierno con un cielo plomizo (sin comentarios).
Peluquines: no son aceptables. La calvicie hay que aceptarla con elegancia.
Las mujeres no debe ir exageradamente perfumadas, puede que el perfume que utiliza no sea del agrado general.
Hay normas de elegancia generalmente aceptadas, si bien comenzamos a entrar en un terreno muy subjetivo.
El tema es tan amplio que sólo vamos a comentar algunos patrones generalmente aceptados de la vestimenta masculina, ya que en el caso de la mujer la creatividad no tiene límite, siendo lo más importante el conseguir crear un estilo personal propio.
El hombre debe tener presente:
Con traje azul marino se debe llevar zapato negro (de cordones, aunque también son aceptables los mocasines) y calcetín azul marino o negro.
Con traje gris, el zapato debe ser marrón o burdeo y el calcetín del mismo color.
Traje beige o verde-caqui: zapato y calcetín burdeo.
Conviene recordar que el calcetín siempre debe ser más oscuro que el traje.
Las camisas más elegantes son las de doble puño, para llevar pasadores (discretos) y por supuesto sin bolsillo. Es opinable si deben llevar las iniciales grabadas (particularmente entendemos que no). El color de la camisa debe combinar con el del traje: hay miles de opciones, pero entre las más tradicionales podemos destacar:
Traje azul marino: camisas lisas de color celeste o blanco; camisas blancas con rayas finas de color azul marino.
Traje gris: camisas lisas de color celeste, blanco, beige claro, rosa pálido; camisas blancas con rayas finas de color burdeo.
Traje beige: camisas lisas de color celeste o beige claro.
Traje verde-caqui: camisas lisas de color beige claro o rosa pálido.
En todo caso, hay que tener presente que la camisa siempre debe ser de color más claro que el traje.
La corbata es el elemento más personal de la vestimenta masculina y donde uno se puede permitir un cierto toque de atrevimiento. En todo caso, debe combinar con el color del traje y el de la camisa.
Hay que ir renovando la colección de corbata y ésta debe estar inmaculadamente limpia, especialmente su nudo que tiende a ensuciarse.
La corbata debe llegar hasta el cinturón, queda un tanto ridículo que cuelgue en exceso o que se quede corta.
El pisa corbata está ya pasado de moda.
En todo caso, tanto con traje como con prendas informales, hay que respetar tres máximas:
No llamar la atención.
Evitar excentricidades (hay que ser un auténtico experto en el vestir para poder permitírselas).
No ser presuntuoso.
Por último, basar el vestuario exclusivamente en grandes marcas (Hermes, Lotusse, Rolex, etc.) sólo denota una ausencia preocupante de iniciativa y de personalidad.

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